LAS RADIACIONES Y EL OJO (I): LOS TIPOS DE RADIACIÓN

LAS RADIACIONES Y EL OJO (I): LOS TIPOS DE RADIACIÓN

Hoy vamos a empezar una serie de artículos para recordaros que hay que proteger los ojos no sólo en verano, aunque el cielo esté nublado y no veamos el Sol, existen radiaciones como la radiación ultravioleta que es nociva en todas las estaciones.

Vamos a descubrir los tipos de radiaciones que existen y cuáles de ellas afectan a los tejidos oculares.

Como se muestra en la siguiente imagen, la luz o radiación visible por el ojo humano sólo es una pequeña parte del espectro de radiaciones, es decir, existen radiaciones que no podemos ver pero que contienen una gran cantidad de energía, como la famosa radiación ultravioleta.

 

 

Según la longitud de onda de la radiación, podemos distinguir si ésta afectará en mayor o menor medida a los tejidos humanos.
¿Sabes que las radiaciones con menor longitud de onda son más energéticas y las que tienen mayor poder de penetración en los tejidos?

De todo el espectro de radiaciones podemos distinguir tres clases, que son las emitidas por el Sol y de las que tod@s, en alguna ocasión, hemos escuchado hablar. Para saber más sobre cada una de ellas, pincha en las flechas:

Radiación infrarroja (IR)

El astrónomo William Herschel la descubrió en 1800, cuando colocó un termómetro de mercurio en el espectro obtenido por un prisma de cristal, midiendo la temperatura de cada color.
Para su sorpresa, la temperatura era mayor cuando colocaba el termómetro más allá de la luz roja, donde aparentemente no había luz.

Este experimento demostró que el calor puede transmitirse por una forma invisible de luz, que se denominaron “rayos calóricos” y, después, radiación infrarroja.

Los infrarrojos tienen una longitud de onda superior a los 790 nm y cualquier objeto con una temperatura superior a -273.15ºC, o 0º Kelvin, emite este tipo de radiación.


La radiación infrarroja que emite el Sol se puede dividir en tres grupos: IR-A, IR-B e IR-C, pero sólo el infrarrojo A alcanza la tierra, ya que las otras dos son absorbidas por la atmósfera.

El IR-A puede provocar complicaciones en los tejidos oculares por un efecto térmico, dependiendo de la intensidad de la exposición, además, estas lesiones son instantáneas.
Por encima de las longitudes de onda de la radiación infrarroja, se encuentran las microondas, pero no suelen afectar a los ojos, a no ser que sean dosis realmente elevadas, en cuyo caso pueden producir cataratas.

Radiación ultravioleta (UV)

Se puede dividir en tres grupos:

UVC: Su longitud de onda va desde los 180 a los 280 nm, es la más energética de las que estamos hablando y, por tanto, la más peligrosa.

Sin embargo, este tipo de radiación es absorbida totalmente por la atmósfera, la cual absorbe longitudes de onda inferiores a 280 nm.

Una mínima proporción de esta radiación en la superficie terrestre bastaría para provocar un aumento considerable del cáncer de piel, alteraciones del sistema inmunológico y cataratas en los ojos.

Hay que tener en cuenta, que esta radiación puede ser producida artificialmente por soldadores eléctricos y por lámparas germicidas, por lo que es necesaria una protección especial al usarlos.

 

UVB: Su longitud de onda va desde los 280 a los 315 nm. Sólo entre un 10 y un 30% de esta radiación llega a la superficie terrestre, ya que es absorbida por la capa de ozono.

A nivel ocular, la radiación que llega, en condiciones normales, es absorbida totalmente por la córnea y el cristalino. Sin embargo, a veces provoca daños oculares.

En exposiciones prolongadas produce envejecimiento de la piel y es responsable de quemaduras solares y cánceres de piel.

En las estructuras oculares, esta radiación  puede provocar uno de los cánceres oculares más frecuentes, el melanoma de úvea,ya que daña el ADN de las células.

A largo plazo, está relacionada con la aparición de cataratas y degeneración macular en los ojos.

 

UVA: Su longitud de onda va desde los 315 a los 380 nm. El 95% de la radiación que llega a la superficie terrestre es de este tipo, por lo que es muy importante protegerse de ella, con filtros solares.

A largo plazo, provoca arrugas y envejecimiento de la piel.

A nivel ocular, menos del 1% de esta radiación alcanza la retina, ya que es absorbida por las distintas estructuras oculares pero, a largo plazo, puede provocar daños en estas estructuras.

No te pierdas nuestro siguiente artículo en el que hablamos de ello.

Radiación visible

Este tipo de radiación abarca las longitudes de onda entre los 380 y 790 nm, que son capaces de estimular los fotoreceptores de la retina, dando lugar a la sensación visual.

Estas radiaciones pueden generar complicaciones a nivel ocular, aunque los límites de exposición no son muy precisos, depende de cada individuo y de los cambios en la transparencia del cristalino y el vítreo.

De todas estas radiaciones, las que frecuentemente producen lesiones oculares, son el UVA, UVB y el IR-A. Por lo tanto, tenemos que protegernos adecuadamente de ellas, con gafas de sol con protección suficiente.

¿Y, cómo podemos asegurarnos de que las gafas de sol tienen los filtros adecuados?. Acudiendo a las ópticas, que pasan controles de calidad en todos sus productos y te aconsejarán el filtro solar adecuado para cada ocasión.

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